Science Geek Appreciation Week: ¡Semana Nerd! Día 3

**Recuerden que estos libros se encuentran en idioma inglés. Las traducciones presentes en blog no son las oficiales, sino que fueron hechas al sólo efecto de compartir este evento con nuestros seguidores y dar a conocer los libros a aquellos que tengan la posibilidad de leerlos en su idioma original**

¡Y llegamos al final de nuestra semana nerd! Tuvimos adelantos, info del primer libro, y nos acercamos más a la autora. Parece que sólo queda una cosa por hacer y eso es darle un buen vistazo al segundo libro de la serie, The Libby Garret Intervention, con su sinopsis, su portada, y un adelanto exclusivo. ¡Aquí vamos!

Título: The Avery Shaw Experiment

Autor: Kelly Oram
Fecha de lanzamiento: 24 de Octubre de 2015

Goodreads

Sinopsis: Libby Garrett es adicta a su romance con el caliente Owen Jackson. Pero el sexy y popular jugador de baloncesto universitario no aprecia toda la genialidad de Libby. Se niega a ser exclusivos o, incluso, a admitirle a las personas que salen juntos. La relación está arruinando a Libby, y ella es la única que no puede verlo. Cuando el comportamiento de Libby se vuelve un espiral completamente fuera de control, su mejor amiga, Avery Shaw, y el resto del Science Squad, escenifican una intervención con la esperanza de curar a Libby de su dañina adicción por Owen. La hacen pasar a través de un programa de doce pasos —Owen Anónimos— y reclutan la ayuda de un sexy, cabizbajo y duro chico del café, para ser su patrocinador oficial. Adam Koepp ha notado a Libby Garrett durante años. ¿Cómo podría no notar a la atrevida chica con la tabla de skate púrpura y el casco con pegatinas de gatitos? Pero en todos esos años en los que ha estado detrás ella, Libby ni siquiera lo ha visto. ¿Por qué lo haría cuando él es un don nadie que abandonó la escuela secundaria, y que sirve su sidra de manzana varias veces a la semana? Especialmente cuando ella está saliendo con un tipo como Owen Jackson, con una beca universitaria y más abdominales que Kyle Hamilton. Adam finalmente consigue la oportunidad de conocer a Libby cuando su compañera de trabajo, Avery Shaw, lo recluta para acompañar a Libby en el viaje de su vida. Con su capacidad de jugar al policía malo y su experiencia con el programa de doce pasos, es el candidato perfecto para ser el patrocinador de Libby. Pero ¿será capaz de mantener sus sentimientos personales a raya, y realmente ayudarla en la forma en que necesita? Y Libby, ¿sería capaz de odiarlo por obligarla a tener una mirada honesta de sí misma?

Adelanto 

(Este extracto no ha pasado por la última ronda de edición, y está sujeto a cambios en el resultado final) 

"—Amo a Avery, y estoy feliz por ella, sin duda merece a alguien como Grayson, pero ahora su percepción de la realidad está totalmente sesgada. Ella piensa que todo el mundo tarde o temprano encontrará un final de cuento de hadas. No entiende que la mayoría de nosotros no tendrá tanta suerte. Especialmente no alguien como yo.

Adam mantuvo su mirada en la ventana y dejó escapar un suspiro. —¿Alguien como tú?

—Sí, a alguien como yo. Las chicas gordas no consiguen exactamente mucho amor.

Apartó sus ojos de la vista para mirarme por lo que dije. No estaba segura de cuál era su problema. No es que mi peso fuera un secreto.

—Tal vez no pese ciento cuarenta kilos, pero definitivamente estoy empujándolo cuando utilizo la palabra rellenita. En la escuela secundaria, eso equivale a ser la chica gorda, y antes de que lo preguntes, no puedo sólo perder el peso. Tengo hipotiroidismo. Me diagnosticaron a los once años, porque me volví casi diabética. He estado en un programa de dieta y ejercicio estricto desde siempre, para no desarrollar problemas de salud más graves. Me encuentro realmente en forma, cardiovascularmente hablando. No puedo deshacerme de todo el peso. Esto es tan bien como alguna vez voy a estar.

Adam quitó sus ojos de la ventana y movió todo su cuerpo para enfrentarme. —¿Crees que jamás encontrarás a alguien que te ame, porque nunca serás delgada?

Me burlé. —Esta es la vida real, no Hairspray. No hay un Link Larkin por ahí esperándome. Ni siquiera intentes decirme que lo hay. Sabes que no es así. Es un milagro que Owen incluso me diera la hora del día.

Luego de tirar de su gorrita tejida para rastrillar la mano por su cabello, Adam se desplomó en el asiento y cruzó los brazos sobre su pecho, mirando a través del parabrisas. No entendía el cambio de humor. Había parecido bastante frío cuando lo recogí. Ahora se encontraba de nuevo en el ser gruñón, palo en el trasero, que era cuando lo conocí. —¿Qué sucede con Owen? —preguntó de repente—. A él no parece importarle tu peso.

—¡Ja! —Apreté las manos con tanta fuerza en el volante que mis nudillos se pusieron blancos. Había estado diciéndome eso mismo durante un año, pero no significaba que fuera cierto—. Por supuesto que le importa. Ese es el mayor problema que tenemos. Él actúa como lo hace conmigo porque está avergonzado de cómo me veo. Siempre supe eso, pero me dije que no importaba, porque incluso si se avergonzaba de sus sentimientos por mí, al menos los tenía.

Adam se vio horrorizado por mi lógica. —¿Estás hablando en serio? El chico se avergüenza de ti, ¿y tú no crees que importe?

Una oleada de rabia palpitaba a través de mí, pero me las arreglé para mantener mi temperamento a raya. —Por supuesto que importa. ¿Crees que me gusta que no me presente a sus amigos? No. Lo odio. Ni siquiera le ha admitido a Grayson que estamos saliendo. ¿Sabes lo que eso me hace sentir?

—Entonces, ¿por qué no haces algo al respecto?

—Porque es mejor que nada. ¿Qué es lo que tengo sin Owen? Nadie me ha querido antes. En absoluto. De ninguna manera. Owen puede ser un imbécil, pero sé que al menos parte de él se preocupa por mí. No es como si saliera conmigo porque soy su única opción. El chico es precioso, popular y atlético. Puede estar con quien quiera, pero él todavía opta por estar conmigo. Le gusta estar conmigo. No es un completo idiota. Él aprecia mi genialidad. Cuando estamos juntos, y a solas, puede ser muy dulce. Me hace sentir hermosa, deseable, especial, querida. Jamás me sentí así, por lo que tomo todo lo malo que viene con lo bueno.

No podía creer que estaba teniendo una conversación tan íntima con este extraño, pero fue sorprendentemente agradable ser completamente honesta por una vez.

—No puedo decirle que no a Owen, porque sé que si digo que sí, podré sentir todas esas cosas. Lo malo desaparecerá, y voy a sentirme increíble, al menos por un rato. Y me temo que si no respondo cuando llama, va a encontrar a alguien más. Estoy segura de que ve otras chicas en la universidad. Sí, odio eso, pero ¿qué otra opción tengo? Si lo alejo, entonces vuelvo a estar sola. Sin Owen, vuelvo a ser un empollón de grasa solitario. No quiero estar sola por el resto de mi vida.

La conversación murió allí.

Nunca había sido tan honesta con nadie, ni siquiera con Avery. No estaba segura de cómo Adam me llevó a abrirme de esa forma, pero me sentí muy expuesta. Me había pasado años desarrollando hasta la piel más gruesa que un ser humano posiblemente podría tener, y de alguna manera, en menos de una hora, Adam rompió a través de todas mis defensas. Eso me asustó. ¿Quién era este chico? ¿Cómo llegó a mí tan fácilmente?

Adam se sentó en silencio al otro lado del coche. Sabía que estaba pensando en todo lo que acababa de decirle. Que se encontraba juntando toda la información desde el día nos que conocimos, y formándose un nuevo dictamen sobre mí. No quería saber qué decía ese dictamen.

Nos conduje a través de las sinuosas montañas, prestando más atención a mis pensamientos y sentimientos de mierda, que a la carretera. Tuvimos suerte de no haber caído en picada sobre el lado del cañón y morir.

—Lo creas o no, entiendo cómo te sientes —dijo Adam, rompiendo el largo silencio con su suave voz—. Sé exactamente lo que se siente estar tan desesperado por el afecto de alguien que dejarías que te destruya sólo para ganar su aprobación.

Mi pecho se apretó ante su admisión. Me volvió loca con curiosidad. ¿A quién amaba tanto que podía sonar tan lleno de desesperación como lo hacía? Había algo de verdad en sus palabras, y cualquiera fuese esa verdad, había sido devastadora para él. ¿Acaso Avery vio algo más que sólo su capacidad de jugar al policía malo para pedirle que me ayudara? Él dijo que teníamos algo en común, pero yo no podía entender cómo un tipo como Adam podría ser un marginado como yo.

—Si no dejas que se aleje —dijo, volviendo mi atención a la conversación—, terminará destruyéndote.

No tenía ninguna duda de que estaba hablando por experiencia, pero no le pregunté, y él no dio más detalles. Me dejó tranquila después de eso, y pasó el resto del viaje en silencio. No fue hasta que llegamos a la estación de esquí y salió del Escalade que finalmente dijo—: Tienes que quererlo, Libby. Haber admitido que la relación no es saludable fue un buen comienzo, pero no es suficiente. Si realmente no quieres renunciar a él, entonces estamos perdiendo el tiempo.

No estaba segura de si alguna vez querría renunciar totalmente a Owen, pero tampoco quería que me siguiera usando. —¿Qué es exactamente lo que estamos haciendo juntos, de todos modos? —le pregunté mientras lo guiaba por el estacionamiento hacia la montaña—. ¿Cómo vas a ayudarme?

—Cada programa de doce pasos es un viaje. En realidad, es una experiencia muy espiritual para la persona que toma las medidas. Se requiere de un salto de fe. Mi trabajo como tu patrocinador es, por así decirlo, tomar ese salto contigo y guiarte a través del proceso. Vas a tener que hacer todo el trabajo. No puedo dar los pasos por ti, pero puedo mostrarte el camino. Estoy aquí para sostener tu mano o darte un codazo cuando lo necesites, apuntarte la dirección correcta si no puedes verla claramente, y levantarte si te caes.

Llegamos a la base de la montaña, y de inmediato nos encontramos con un muro de personas. La montaña estaba repleta, ya que era el último fin de semana de la temporada, y parecía que la competencia también había convocado un público respetable.

Tomé la mano de Adam con fuerza para no perderlo, y me dirigí hacia la rampa. Adam se sobresaltó ante mi tacto, pero no se apartó. Miró nuestras manos y luego hizo aquello exasperantemente sexy donde levantaba una de sus cejas, como si exigiera una respuesta.

Hombre, él podía ser muy caliente cuando quería. Si no hubiese tenido tanta prisa, me habría quedado encerrada en esa mirada desafiante hasta que la nieve se derritiera. Por desgracia, no había tiempo para explorar la tensión que a veces se encendía entre nosotros. Lo miré, fingiendo que no me encontraba ni un poco emocionada por estar tocándolo, y empecé a tirar de él a través de los espectadores. —Tienes que mover tu trasero, chico del café. Llegamos tarde.

—¿Sabes? —dijo suavemente mientras me seguía a través de la multitud— Cuando mencioné lo de sostenerte la mano antes, estaba hablando metafóricamente.

—Bueno, eso es una lástima, porque en este momento lo necesito en sentido literal. No tengo tiempo para perderte. Parece que ya han comenzado, y seré la peor hija del mundo si me pierdo la primera carrera de mi padre.

Adam se rió entre dientes. Luego, unos segundos más tarde, se relajó, desplazando su mano en la mía para que nuestros dedos se entrelazaran. Había algo íntimo en la manera casual en la que se aferraba a mí mientras caminábamos. Era como si estuviera sosteniendo mi mano por el simple placer de hacerlo. De la forma en que un novio lo haría. De la forma en que Owen nunca lo había hecho. De la forma en que nadie antes lo había hecho.

Tomó todo de mí para no parar y observarlo boquiabierta. Miré hacia atrás tan sutilmente como pude. Adam encontró mis ojos, sonriendo como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo. Como si sostener mi mano fuera algo que hacía todos los días, algo tan natural que ni siquiera tenía que pensar en ello."

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Sobre la Autora

Kelly Oram escribió su primera novela a la edad de quince años, un fan-fic sobre su grupo de música favorito, los Backstreet Boys, del cual su familia y amigos continúan burlándose. Está obsesionada con la lectura, habla demasiado, y le gusta comerse a cucharadas el glaseado. Vive a las afueras de Phoenix, Arizona, con su marido y sus cuatro hijos.

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Y eso fue todo por nuestra Semana Nerd, esperamos que les haya gustado y que le den una oportunidad a los libros de Kelly porque son muy divertidos y románticos. ¡Súper recomendados!