Buenas, buenas, queridos lectores. ¿Cómo están? ¡He
vuelto! Por si no se dieron cuenta, las entradas de las semanas que pasaron
fueron programadas, debido a que estuve de viaje con mi familia durante 15
días. Fue un viaje que teníamos planeado
desde hace alrededor de un año, porque tengo tíos en el sur del país, y mi
prima cumplió 15 años. Como saben, en la mayor parte de Latinoamérica, los 15
años de las mujeres se festejan a lo grande, y por lo tanto no podíamos faltar
a la celebración.
La idea de esta entrada comenzó como una orden
sugerencia de Mica de Dorothy Gale Reseñas, cuando comencé a enviarle por
Whatsapp fotos de cada cosa que iba encontrando, y que estaban relacionadas con
libros. Después, cuando me di cuenta de que mi racha fotográfica-literaria(? se
había acabado, pensé en hacer un “Divagaciones” sobre llevar libros de viaje
(más adelante van a enterarse por qué), y finalmente, me decidí por un off
topic, ya que había un par de otras cositas que quería enseñarles.
Desde ya les aclaro que no va a ser un diario de
toooodo el viaje, para no aburrirlos, así que si les interesa pueden seguir
leyendo.
El destino final del viaje fue la ciudad de Ushuaia,
en la provincia de Tierra del Fuego (Argentina) —para los que son de otros
países, Ushuaia es la ciudad que se encuentra más al sur de nuestro país—, a 2479 km de dónde
actualmente vivo. Sin embargo, no fue la única ciudad que visitamos. Mi papá
tiene una fobia (completamente infundada) a los aviones, razón por la cual, mi
mamá, mis dos hermanos y yo (aunque no muy contenta) accedimos a ir en auto y
hacer una especie de Road Trip.
Nuestra primera parada fue la Ciudad de Puerto Madryn. Allí no quedamos dos días. El
lugar me gustó muchísimo, es muy grande, con hermosas playas, y tiene muchas
cosas para ver. Nos quedamos con ganas de hacer avistaje de ballenas, ya que el
clima no era el mejor, y el recorrido se hacía en un gomón semirrígido. Mi
hermano más chico estaba enfermo, por lo que no nos convenció para nada la idea
de navegar al aire libre con semejante frío.
Desde Madryn nos acercamos a Gaiman, una pequeña
Colonia galesa dónde el principal atractivo son las casas de té, en la que se
pueden comer riquísimas tortas típicas. Acá encontré mi primera foto literaria,
y es esta hermosa biblioteca que estaba en la casa de té a la que fuimos. Casi
todos los ejemplares son en tapa dura y, si bien no pude detenerme a leer los
títulos, porque había gente sentada adelante (apenas tuve dos segundos para
sacar la foto), estoy segura de que son libros bastante antiguos.
La segunda parada, Puerto San Julián, fue de una
sola noche y más que nada para que mi papá descansara. De ahí nos desviamos de
la ruta marcada para hacer una parada a la que le teníamos muchísimas ganas
desde hacía un montón de tiempo: El Calafate, hogar del Glaciar Perito Moreno.
Realmente, si tienen la oportunidad de ir a conocerlo, no se lo pueden perder
porque es una maravilla. Es decir, miren lo que es esto:
En el centro de El Calafate encontré una librería,
que también es café, a la cual no tuve la oportunidad de subir por cuestiones
de tiempo, pero de la que pude ver su escalera de acceso. Miren la originalidad
de estos escalones:
Algo que me encantó es que caminando por El Calafate pueden escucharse una increíble cantidad de conversaciones en otros idiomas: inglés, francés, italiano, portugués, y hasta japonés y chino. Está lleno de extranjeros que elijen ver una de las maravillas del mundo que, por suerte, se encuentra en nuestro país. En una vidriera de una galería encontré este libro y me causó muchísima gracia:
Finalmente, llegamos a Ushuaia. Fue un viaje
bastante cansador y puedo asegurarles que llevé mi libro y mi Kindle al divino
botón. Durante el día estaba súper ocupada y a la noche terminaba muerta, razón
por la que no pude leer ni una sola palabra durante todo el viaje. Y acá la
parte en la que pensaba centrar el “Divagaciones”…
Ustedes se preguntarán: ¿qué pasa con todas esas
horas de viaje? ¿No pudiste leer ahí? Bueno, pues déjenme decirles qué no puedo
leer en el auto. Me mareo terriblemente y lo odio. Además del hecho de que mi
papá va escuchando música para no dormirse, y eso también me dificulta mucho la
lectura. De sólo pensar en todas esas horas desperdiciadas me pongo de los
nervios. Todas esas horas sentada ahí sin hacer nada —porque, hola, tampoco
puedo dormir en ruta—, en vez de estar leyendo, ¡me desesperaba!
A los que les pasa, díganme si no lo detestan. Es
horrible. Ahora no sólo voy a tener que volver a la rutina, acostumbrarme de
nuevo al trabajo (de lo que me esperan montones), sino que también voy a tener
que ponerme al día con mis lecturas atrasadas. Y encima de todo estoy enferma,
tanto frío iba a afectarme tarde o temprano.
Así que si me ven que ando media perdida (editoriales amigas, no me odien), sepan
disculpar. Voy a tratar de hacer todo lo posible para volver a tomar ritmo.
Por último, algo que me encantó de Ushuaia, además
del paisaje, es la cantidad de carteles que hacen alusión a las distancias
entre la Ciudad
y un montón de otros lugares; muchos de los cuales quiero visitar. Ahora que
estuve en el fin del mundo, ¿quién dijo que el resto está tan lejos?
La pasé genial, pero estoy feliz de estar de vuelta.
Espero que les haya gustado la entrada, y que si tienen la oportunidad de hacer
este viaje, sobre todo a El Calafate y Ushuaia, lo hagan, porque es realmente
espectacular.
Nos estamos leyendo, (si el universo, la gripe, y
el tiempo me ayudan) el lunes con una nueva reseña.
Buen fin de semana para todos.
JAAAA viste que era una excelente idea esta entrada?? Voy a ir a ese café-librería, te lo aseguro!
ResponderEliminarAvisame y vamos. PERO EN AVIÓN jajajaja
EliminarQue envidia, el sur es hermoso. Nunca fui pero me contaron. La verdad es que nunca intente leer en el auto porque nunca hice viajes largos en auto, pero estoy seguro de que me pasaria lo mismo que a vos. Ame la ultima foto, el cartel con las distancias a las ciudades <3
ResponderEliminarMe encanto la entrada <3
Gracias, Mora. Me alegra que te gustara <3
EliminarNo puedo creer que estuviste tan cerca! Yo vivo en Trelew, que está a una media hora de Gaiman y una hora aproximadamente de Madryn. Me alegra saber que te gustaron los lugares, la verdad es que a pesar de ser pequeños tienen muchas cosas hermosas.
ResponderEliminarTengo unas ganas increíbles de conocer El Calafate, pero no sé cuándo pueda hacer eso posible... Ver las fotos sólo me emociona más jaja
¡Pasé por Trelew, sí! Es muy loco saber que estuve cerca de una de nuestras seguidoras <3
Eliminar¡Gracias por comentar!
Me has dado mucha envidia y las imágenes me han encantado, es una lástima que viva tan lejos porque me encantaría pasarme :c
ResponderEliminarSaludos.
Nada es imposible. Ya ves lo lejos que quedan todas esas ciudades del cartel a las que quiero ir, y sin embargo espero que algún día se me de la oportunidad.
EliminarGracias por comentar. Besos
Me encantó tu entrada y más aún los lugares que has visitado, hace años que tengo ganas de ir a conocer el sur del país pero lamentablemente hasta ahora no se ha dado la oportunidad. Lo que me causo mucha gracia es el libro Che Boludo jajajaja
ResponderEliminarJajaja es genial! Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de extranjeros que se encuentran en El Calafate.
EliminarEspero que algún día puedas ir, porque es imperdible.
Un beso enorme. Gracias por comentar.