¡Buenas, buenas, queridos lectores! ¿Cómo están? Yo tengo un molesto dolor de garganta, y me siento afiebrada, aunque no lo estoy. Mucho cambio de clima por estos lados, y parece que mañana vuelve el calor.
Hoy les traigo una entrada un poco... fuera de lo común. Pero la verdad es que mi estado no me permite hacer demasiado, y esta historia me resultó divertida. Es algo que a cualquier comprador compulsivo de libros lector le puede pasar.
¿LA BIBLIOTECA DE MEL TIENE UNA SUCURSAL?
Lo primero que tienen que saber sobre esta historia, y que si me siguen desde hace algún tiempo por ahí ya lo saben, es que vivo en el interior del país.
Hace algunos días vi un estado de Facebook de Celes de Un Viaje En Papel sobre los beneficios de vivir en el interior. Ella recalcaba la paz y la tranquilidad, la inexistencia de un tráfico de locos o de las protestas constantes. Todo es cierto, no lo niego. De hecho, estoy muy de acuerdo. Al igual que Celes, no cambiaría ninguna de esas cosas por nada del mundo. Pero, aunque ella aclaraba en ese estado que vivir en un pueblito también tiene sus cosas malas, para mí existe una sola contra. Una contra tan pero tan mala que vale por cien: En el interior no hay lugar para las fangirls.
Absolutamente todo lo bueno sucede en Capital. Conciertos, premieres, firmas, eventos con autores, la mismísima Feria Internacional del Libro, y hasta (aunque no lo crean) los mejores descuentos y ventas de libros usados.
Pero cuando una tiene una amiga de confianza —tan loca trastornada por los libros y compradora compulsiva como una— cerca de Capital, las cosas se facilitan un poquito. Acá es donde Mica de Dorothy Gale - Reseñas entra en acción.
Y así fue como mi biblioteca terminó teniendo una sucursal en su casa. Miren que linda es:
Todo comenzó cuando por el mundo blogueril se empezó a correr la voz de que en una librería de Corrientes y Callao había varios libros de RBA|Molino que no habían llegado al país, a un precio ridículamente barato. Fue por eso que le terminé suplicando a Mica (aunque en realidad no me costó nada convencerla) para que se haga un viajecito y me consiga estas dos bellezas:
La Voz del Viento de Shannon Messenger es un libro que leí hace como unos 3 años en inglés, y la verdad es que me encantó. Es más, si buscan en las entradas viejas del blog pueden encontrarme fangirleando con la noticia de que el libro iba a salir en español. Sin embargo, nunca llegó a Argentina, y cuando me enteré que estaba y a ese precio, no pude evitar pedirle a Mica que lo comprara. Sobre Cuaderno Para Dos no tengo mucho que decir, salvo que uno de sus autores es nada más ni nada menos que David Levithan. Además, Mica ya lo leyó y le encantó. Eso me da todavía más ganas de leerlo.
Peeero la cosa estaba lejos de terminar ahí. Hacía ya tiempo que me intrigaba mucho el tema de los grupos de Facebook de compra y venta de libros usados. Veía gente conseguir libros muy caros a precios de no creer y en un excelente estado, ¿cómo no tentarse? Sabía que el momento en el que decidiera entrar a alguno, iba a ser mi perdición. Pero motivada por esta compra anterior, e inconscientemente aprovechándome de la buena predisposición de mi querida amiga Mica (porque obviamente los puntos de encuentro son en Capital), no pude aguantarme más.
Con la excusa de estar pendiente por si aparecía un libro que Mica está buscando desde hace mucho tiempo, activé las notificaciones del grupo. Todo iba bien hasta que apareció esto:
Llevaba queriendo comprarme La Maldición del Ganador de Marie Rutkoski desde mayo, pero mi bolsillo lloraba cada vez que veía el precio. Cuando lo encontré en el grupo a mitad de precio, bueno... no pude resistirme. Es hermoso y está en perfecto estado. Ya me muero de ganas de leerlo.
Después de eso, cada publicación iba seguida de un BASTA mental de mi parte. Y estaba funcionando. Es más, resigné varios títulos que quería tener desde hace muchísimo tiempo. Estaba muy orgullosa de mi misma, hasta que aparecieron otros dos incomprables, y mi voluntad se fue al tacho.
Es que de verdad, ¿cómo alguien puede resistirse a esto? Los dos casi casi al precio de uno. También estaba deseando los libros de Huntley Fizpatrick desde mi viaje a la FIL, y estuve a punto de sucumbir por En La Puerta de Al Lado, hasta que me di cuenta que a ese precio podía comprar dos libros (o más). El dolor que me provocó decirle que no al vendedor valió totalmente la pena, porque ahora no solo tengo uno sino los dos. Un brindis por mi paciencia.
Y esa es la historia de cómo mi biblioteca consiguió tener una sucursal en la casa de Mica. Hasta la cabinita de Londres que ven en la foto es mía. Un souvenir de su hermoso viaje en julio.
Si todo sale bien, no vamos a comprar más, y prontito todas estas bellezas estarán en mis manos. Seguramente las verán en un próximo Book Haul.
Ustedes, ¿han hecho algo loco para conseguir libros en otros lados del país o del exterior? Cuéntenme en los comentarios.
Nos estamos leyendo.-