Autor: Sylvia Plath
Editorial: Edhasa
Editorial: Edhasa
Fecha de Lanzamiento: 28 de Marzo de 2015 (Primera Publicación en 1963)
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Sinopsis: Esther Greenwood, una joven de los suburbios de Boston, llega a Nueva York para hacer una pasantía en una famosa revista. La oportunidad equivale a vislumbrar las puertas del Olimpo. Estamos a mediados de la década del cincuenta y la persecución del éxito gobierna la vida de la ciudad. Sin embargo, nada de eso puede disfrutarse sin asimilarse a esa cultura. Que indica un lugar prefijado para las mujeres, glorificar la liviandad y el glamour, entregarse felizmente a los brazos de la frivolidad y más tarde convertirse en madres.Esther no está hecha para adorar esa secuencia. Y su regreso a casa, a lo que debería ser un remanso y un reencuentro, tampoco la recompone. De algún modo ha quedado marcada por la experiencia de lo insustancial de la vida. Su destino, que una vez pareció una linea recta, es ahora un laberinto. Su sentimiento dominante es esa angustiosa levedad que oscurece lo trivial, lo amoroso y lo trascendente.Clásico de la literatura del siglo XX, La campana de cristal es el emocionante relato de una joven que lucha por encontrar su identidad. Para hallarla debe atravesar la malla de hierro de las convenciones sociales y los fantasmas, para nada amables, que se levantan de no respetarlas. La escritura de Sylvia Plath, a la vez fría y conmovedora, retrata la desorientación de Esther con una sensibilidad aguda que asombra en cada página. El dolor de la soledad y el desamparo no se piensan igual después de leer esta novela.
¡Gracias Edhasa por el ejemplar!
Reseña
Este libro tiene como centro temas fuertes tales
como la soledad, y la tristeza de una vida rutinaria y perdida. A medida que
iba leyendo, esperaba el momento cumbre en el que esos sentimientos lograran
abrumarme, pero, tal y como dice la sinopsis, la escritura de Sylvia Plath es
tan fría a veces, que el personaje de Esther no llegó a conmoverme.
Me siento en el deber de hacerles saber que, en
realidad, no soy una gran fanática de este tipo de historias, dónde los
personajes toman determinadas decisiones que no comparto, y es posible que sea esa
la razón por la que el libro, lejos de emocionarme, me enojaba. Obviamente, es
un punto de vista. De hecho, dentro de las novedades editoriales de Junio, hay
una novela (Belzhar de Meg Wolitzer) que toma como referencia La Campana de Cristal, y por
lo que ya pude leer en algunas citas, su autora sintió a la perfección cada una
de las cosas que le suceden a Esther, y transmitió ese sentimiento a sus
personajes, quienes aseguran que la novela de Sylvia Plath les cambió la vida.
Por otra parte, soy consciente de la época en la
que La Campana
de Cristal está ambientada, pero aún así no pude evitar sentirme “ofendida” por
ciertos párrafos que, a mi criterio, son muy poco afortunados; diría que hasta
discriminativos.
A pesar de todo, la escritura es realmente muy
buena y la historia está muy bien contada. Tiene hermosas comparaciones (como
por ejemplo: “El silencio volvió a su cauce, suavizándose como se suaviza el
agua negra hasta que la vieja calma retorna a su superficie después de habérsele
arrojado una piedra.”), y sentimientos muy profundos. Hacia la segunda mitad
del libro comencé a simpatizar con Esther, pero aún así las palabras siguieron
siendo lo suficientemente frías como para que no derramara lágrima alguna.
Para terminar, el final. El final. Tuve que salir
corriendo a buscar la biografía de Sylvia Plath porque me quedé con ganas de
saber qué era exactamente lo que había pasado. Y, ¿quieren saber algo? Eso fue
lo que realmente me angustió.
Para mí, son 3 estrellas.
Sobre el Autor
Nació en 1932 en Boston, Massachussets, y falleció en 1963 en Londres. Además de ser una de las grandes poetas del siglo XX, publicó ensayos literarios y esta conmovedora novela autobiográfica, La campana de cristal, publicada por primera vez en 1963. De sus libros de poesía se destacan Ariel (1956) y El coloso y otros poemas (1960). Estuvo casada con el escritor Ted Hughes, quien tras su muerte se encargó de la edición de su poesía completa. En 1982 gano un Premio Pulitzer postumo por The Collected Poems.
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