Autor: Erin Morgenstern
Editorial: Umbriel
Fechas de Publicación: Diciembre de 2020 (Argentina)
Sinopsis: El circo llega sin avisar. No viene precedido de ningún anuncio. De pronto está allí, donde hasta el día anterior no había nada. Dentro de las carpas de rayas blancas y negras, se suceden eventos únicos y deslumbrantes. Se llama Le Cirque des Rêves, el circo de los sueños, y solo abre por las noches.
Pero, tras bambalinas, se desarrolla una feroz rivalidad: un duelo entre dos jóvenes magos, Celia y Marco, que han sido entrenados desde pequeños por sus instructores con este fin. Aunque no lo saben, este es un juego en el que solo uno puede sobrevivir. A pesar de los enormes riesgos, Celia y Marco pronto se enamoran y desencadenan una serie de temibles consecuencias, que, con su efecto dominó, dejan las vidas de todos los integrantes del circo, desde los artistas hasta sus dueños, pendiendo de un hilo.
RESEÑA
“Esto no es magia. No es más que el mundo, solo que muy pocos se toman
la molestia de detenerse a mirar.”
Si hace algún tiempo que me
siguen por estos lados, quizás puedan darse cuenta que cuando la reseña comienza con una frase del libro y no conmigo contándoles la sinopsis con mis palabras y
agregando algún otro dato que me parezca de relevancia, es porque a) prefiero
que lean la sinopsis del libro (si quieren hacerlo) y siento que cualquier otra
cosa que diga sobre la trama podría ser spoiler, b) tengo mucho que decir sobre
la historia, c) el libro objeto de la reseña se convirtió en uno de mis
favoritos, d) todas las anteriores.
Si bien El circo de la noche es el
primer libro publicado de Erin Morgenstern, lo primero que llegó a mis manos
escrito por ella fue Un mar sin estrellas, en junio del año pasado. Automáticamente
quedé maravillada por la imaginación de la autora y su capacidad de transmitirla a través de
una escritura súper poética y evocadora. Sin embargo, aunque disfruté mucho de
la historia de Zachary y compañía, sí debo admitir que Un mar sin estrellas fue un libro que me resultó difícil de
leer, lleno de teorías conspirativas (por lo que agradezco haber estado en
lectura conjunta con un montón de gente copada), y que al final me dejó con más
preguntas que respuestas.
Fue por eso que, aunque las
tremendas ganas de leer El circo de la noche estuvieron siempre presentes, me
costó un poco decidirme a empezarlo, sobre todo teniendo en cuenta lo que me
está costando concentrarme en la lectura últimamente.
Vaya sorpresa me llevé cuando
tras apenas haber leído unas pocas páginas, me di cuenta de que, aún manteniendo intacta esa
lírica increíble de Erin Morgenstern, los “problemas” que había
tenido con su anterior novela no iban a estar presentes en esta historia.
Viéndolo en retrospectiva, siento que la autora intentó superarse a sí misma en
su segundo libro, y aunque nos dio una joyita de la fantasía, no me parece que
Un mar sin estrellas si quiera se acerque a la magia de El circo de la noche.
Quizás sea porque siento que la cronología de la trama está mejor desarrollada, o tal vez porque es una sola línea argumental, y no un libro dentro de otro. Pero —sin duda— no tener que concentrarme en desentrañar qué tenía que ver con qué en esta historia, me hizo disfrutar plenamente de los fuertes de este libro que se ganó mi corazón y un lugar dentro de mis favoritos.
Por supuesto, fiel al estilo de
la autora, tiene su misterio. Ni las intenciones de los personajes, ni el
verdadero centro de la novela se dejan ver desde un primer momento. Y aunque hay
cosas que quizás al principio no tienen sentido, el lector puede ir encontrándolo
fácilmente con el correr de las páginas, y llega al final con la sensación de
que la mayor parte de sus preguntas (sino todas) encontraron respuesta.
La ambientación es tema aparte.
Las descripciones del circo son maravillosas y supieron ponerme la piel de
gallina. El escenario se vuelve tan trascendental que, por momentos, uno no
sabe si el foco de la trama está puesto en el circo o en lo que sucede con sus protagonistas
tras bambalinas. Amé ver cómo ese lugar de ensueños imaginado por la autora se
reflejaba en las páginas, y lejos de que las descripciones del lugar me
resultaran tediosas, atesoré cada una y disfruté de la calidez que transmitían.
Los personajes están construidos
minuciosamente y, al igual que sucede en Un mar sin estrellas, cada uno juega
un papel fundamental en la historia. Me encariñé con todos, pero sin dudas hay
un lugar especial en mi corazón para Marco y Celia. Su romance es tan fuerte
que, aun cuando no estaba sucediendo nada entre ellos, los dos me tenían
suspirando. De más está decir que fui feliz por ellos, y lloré cuando tenía que
llorar. Su historia me marcó y espero que se quede conmigo durante muchos
muchos años.
En fin, este libro es una
verdadera joyita para los amantes de la fantasía, y sobre todo para aquellos
lectores que gustan de ese estilo de prosa mágica que transporta y les pone
la piel de gallina. No me voy a cansar pronto de recomendarlo, y —como ya dije—
se va directo a mi lista de favoritos.
Por supuesto, le di 5 plumitas.
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